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Autónomo o sociedad limitada, ¿cuál es mejor?

By 1 junio, 2022Sin categoría

En el momento de darse de alta en Hacienda o en la Seguridad Social surge la disyuntiva de si es mejor registrarse como autónomo o como Sociedad Limitada. Entre los aspectos que suelen considerarse está la carga fiscal que se deberá soportar en cada caso. Para determinar qué es mejor en cada caso es importante considerar detenidamente las responsabilidades y beneficios que se adquieren. Por eso, a continuación analizaremos los pros y contras de darse de alta como autónomo o como Sociedad Limitada.

¿Quién paga menos impuestos?

El primer aspecto que suele considerarse antes de determinar cómo darse de alta es el porcentaje correspondiente a impuestos que deberán pagarse. Pues bien, en el caso de los autónomos no existe una cantidad fija aplicable a todos los casos. Más bien, el porcentaje correspondiente a impuestos dependerá de los beneficios obtenidos. Por lo tanto, su pago estará entre el rango del 15% y el 45%.

En el caso de la Sociedad Limitada, lo más habitual es que tribute a razón del 25% del beneficio obtenido. Sin embargo, bajo algunas circunstancias podría beneficiarse de un tipo de impuesto reducido del 15%, de acuerdo a la ley 27/2014 del Impuesto Sobre Sociedades, en el artículo 29.1. Por lo tanto, bajo ciertas circunstancias la Sociedad Limitada soporta una carga fiscal mayor que los autónomos, mientras que en otros casos será lo contrario.

Con esta idea en mente, si recién se está iniciando actividades es mejor darse de alta como autónomo. Debido a que los beneficios económicos obtenidos serán relativamente bajos, lo habitual es que la base tributaria que les aplique sea del 15%. Sin embargo, cuando crezca el negocio y se obtenga ingresos por una cantidad económica mayor, es más recomendable considerar la opción de cambiar de régimen fiscal y darse de alta como sociedad.

Responsabilidad limitada e ilimitada, ¿en qué casos aplica?

Existe una clara diferencia respecto al tipo de responsabilidad que corresponde a los autónomos y a las sociedades limitadas. De hecho, el nombre «Sociedad Limitada» ya nos dice mucho respeto al tipo de responsabilidad que aplica en ese caso. Pero antes, tenemos que entender plenamente que significa responsabilidad limitada e ilimitada.

Antes de ver este asunto, podemos pensar en la diferencia entre una persona física y una jurídica. Dicho en términos muy generales, estriba en la personalidad ante ciertas entidades, como Hacienda. Para los efectos, una persona puede tener únicamente personalidad física o, por el contrario, puede ser persona física y jurídica al mismo tiempo. La idea central es que la persona física puede poseer bienes sin que sean propiedad de la persona jurídica.

Pues bien, con esa idea en mente podemos entender un aspecto fundamental de la Sociedad Limitada. Sencillamente, la persona jurídica puede responder por las deudas de la empresa en base a los bienes que posee la Sociedad. Sin embargo, no está obligado a responder con su patrimonio personal, es decir, los bienes de la persona física. Esto significa que en el momento en que se construye una sociedad, queda protegido el patrimonio personal. Por el contrario, los autónomos deben responder por las deudas y demás asuntos económicos con su patrimonio personal. Simplemente no tiene dos personalidades desde la óptica legal, por lo que todos corresponden a la misma persona, tanto los beneficios como las deudas.

Esto nos ayuda a entender claramente la ventaja de constituir una sociedad limitada. Sin embargo, existen otros factores que debemos tomar en cuenta.

Autónomo o Sociedad, diferentes formas de darse de alta.

Existen claras diferencias en la forma de darse de alta como autónomo o constituir una Sociedad Limitada. Antes de entrar en detalles es importante recordar que existen diferentes tipos de sociedades con las que se puede establecer una empresa. Sin embargo, la más común es la Sociedad Limitada, también llamada Sociedad de Responsabilidad Limitada. Por eso, en este artículo nos centraremos especialmente en las diferencias entre darse de alta como autónomo o constituir una SL.

El primer aspecto a tomar en cuenta es que la constitución de una Sociedad Limitada conlleva un mayor desembolso económico. De hecho, se requiere un mínimo de 3.000 € desde el principio, pues este dinero se destinará a atender gastos futuros de la entidad. Por eso, habitualmente se suele iniciar como autónomo y posteriormente crear la Sociedad de Responsabilidad Limitada cuando sea evidente que es rentable la actividad económica realizada. Sin embargo, al desempeñarse como autónomo no se requiere ningún tipo de reembolso económico inicial.

En el mismo orden de ideas, suele ser más cara la asesoría tanto legal y fiscal para una sociedad que para un autónomo. Adicionalmente, la cuota que deberá pagarse a la Seguridad Social también es considerablemente más alta. Por ejemplo, una Sociedad Limitada podría llegar a pagar 360 € por mes, mientras que el autónomo acogido en la tarifa plana pagaría unos 50€ por mes.

Con esta idea en mente cabe destacar las siguientes recomendaciones. En primer lugar, si no quieres responder con tu patrimonio personal es mejor la constitución de una Sociedad Limitada. Sin embargo, si no cuentas con la inversión inicial, y deseas iniciar actividades lo más pronto posible, lo mejor es que te des de alta como autónomo.

Ahora bien, como dijimos anteriormente, lo recomendable es que en solo al principio se realicen actividades como autónomo y posteriormente se realice el cambio a Sociedad Limitada. Esto es especialmente cierto si se superan los 40.000 € como concepto de beneficios por año. La razón principal para hacer esto es que la carga tributaria resulta menor para una sociedad que para un autónomo. Adicionalmente, aumenta la posibilidad de trabajar para grandes empresas, puesto que suelen preferir contratar los servicios de una sociedad que de un autónomo. Por último, la Sociedad de Responsabilidad Limitada puede obtener con mayor facilidad los créditos necesarios para financiar sus proyectos. En cualquier caso, siempre es recomendable contar con la asesoría de expertos en el tema para determinar cuál es el mejor momento para hacer el cambio.