El Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas, o IRPF, es un impuesto anual que se calcula en base a la renta obtenida en el desempeño de las actividades profesionales de las personas físicas. Al igual que sucede con otros aspectos implicados en la actividad laboral autónoma, existen incentivos económicos para el desarrollo de estas actividades.
Ahora bien, debes saber que no todos los autónomos están obligados a retener el IRPF. Si te has dado de alta como autónomo en actividades empresariales, estás exentos de realizar retenciones. Y con actividades empresariales se entiende toda aquella actividad que requiera cierta estructura organizativa, como por ejemplo, el comercio minorista. Básicamente esto está determinado por el epígrafe que se haya elegido en el modelo 036.
Cómo se realiza la retención del IRPF
Si te has dado de alta como profesional autónomo, entonces deberás realizar retenciones en casi todos los casos. Normalmente las actividades correspondientes a los profesionales autónomos son aquellas que se realizan de manera personal, sin necesidad de que exista una estructura organizativa. Esto puede ser, por ejemplo, el ejercicio de la abogacía o contar con un consultorio médico o dentista.
En todos estos casos la cantidad que debes de tener por concepto del IRPF es del 15%.
Deberás recordar que la retención del IRPF solamente podrás aplicarla cuando realices facturas a otros autónomos, sociedades o personas jurídicas. Pero si realizas una factura para algunos clientes particulares no deberás realizar ninguna retención del IRPF, porque los particulares no presentan la declaración sobre la renta a Hacienda
Un aspecto importante es que la declaración de la retención del IRPF es presentada en dos ocasiones. En primer lugar, los clientes a los que les facturaste presentarán en Hacienda su declaración del IRPF. Posteriormente deberás presentar la tuya. Con el fin de evitar errores y que ambas cantidades coincidan, lo ideal es que antes que presentes tu declaración, le solicites a tus clientes los certificados de retenciones de las declaraciones que ellos hicieron. Así podrás comprobar si los datos que ellos declararon corresponden a los que tú presentarás.
Bonificaciones relacionadas con el IRPF
Si acabas de iniciar actividades laborales como autónomo recibirán una bonificación relacionada con la retención del IRPF, pues durante los primeros tres años podrás declarar ante Hacienda únicamente el 7%. Esto tiene como propósito apoyar a los nuevos autónomos en el ejercicio de sus actividades laborales. Sin embargo, para tener derecho a este beneficio se requiere que no hayas estado de alta en ninguna actividad económica durante los pasados 12 meses. Después que haya transcurrido el período de 3 años deberás declarar el 15%.
Una modalidad que anteriormente estaba vigente y que podría beneficiar a algunos autónomos era la posibilidad de recibir una reducción de la retención del IRPF. Esta era aplicable a autónomos de bajos ingresos. Sin embargo, a partir del año 2015 esta fue eliminada para establecer una cantidad fija en todos los casos. En la actualidad, todos los autónomos que deben presentar la declaración sobre la renta, están obligados a retener el 15% por concepto del IRPF.