La idea de desempeñar actividades laborales autónomas pareciera no ser tan compatible con trabajar para una empresa mediante un contrato. Sin embargo, bajo la modalidad de contrato mercantil esto es posible. Mediante este, una empresa puede contratar los servicios de un autónomo, garantizando que se obtengan los resultados pactados. Y al mismo tiempo, le permite al autónomo conservar cierto grado de independencia, a la vez que percibe un salario o comisiones en base al trabajo realizado.
Por supuesto, al igual que en cualquier otro tipo de contrato, este tiene sus ventajas y desventajas. A continuación analizaremos algunas de ellas.
Diferencias entre contrato mercantil y laboral
La diferencia básica entre un contrato mercantil y laboral estriba en la responsabilidad y obligación que tiene el contratado frente a la empresa. En el caso del contrato laboral se crea una dependencia total al empresario por parte del trabajador. Sin embargo, en el contrato mercantil se crea un ambiente de independencia laboral.
En el mismo orden de ideas, así como si adquieres menos obligaciones ante la empresa en un contrato mercantil, también se adquieren menos derechos, como por ejemplo, la inclusión en Seguridad Social, pues ahora está correrá a cuenta del autónomo.
Dicho en términos sencillos, y con el fín de abarcar todo aspecto relacionado con este tema, cualquier ventaja o beneficio que perciba la empresa por celebrar un contrato mercantil en lugar de un contrato laboral, significará una desventaja para el contratado.
Ahora bien, también existe una diferencia básica entre celebrar un contrato mercantil con una empresa o trabajar sin ningún contrato de este tipo. Al celebrar un contrato mercantil, pese a que se crea un ambiente de Independencia con relación al contrato laboral, lo cierto es que se pierde un cierto grado de autonomía. Debido a esto, al firmar un contrato mercantil, el autónomo tendrá que responder a la empresa en cuanto a los resultados generados por su trabajo.
Sin embargo, los trabajadores autónomos pueden celebrar varios contratos mercantiles con diferentes empresas. Además, si las actividades para las que fue contratado se relacionan entre sí, puede usar indistintamente la misma cartera de clientes, obteniendo resultados positivos para las empresas beneficiarias. De igual manera, contará con horarios más flexibles que en un contrato laboral, puesto que normalmente en los contratos mercantiles se valoran los resultados obtenidos sin importar el tiempo invertido para lograr el objetivo.
Qué precauciones debes tomar
Siempre debes tener en cuenta el principio mencionado anteriormente. Cualquier ventaja para la empresa constituye desventaja para el autónomo contratado. Esto significa que normalmente la empresa primará sus propios intereses y beneficios. Por esa razón, antes de firmar un contrato mercantil debes plantearte las razones por las que la empresa prefiere celebrar un contrato de este tipo en lugar de uno laboral.
Y en este orden de ideas, debes analizar cuidadosamente cada aspecto del contrato mercantil que te ofrece una empresa, pues cabe la posibilidad que, debido a las cláusulas incluidas en este, se trate de un contrato laboral disfrazado de contrato mercantil. Es decir, que renunciarás a los beneficios propios de un contrato laboral, y al mismo tiempo que renunciarás a los beneficios del contrato mercantil.