En el momento de realizar diferentes trámites es común que necesitemos algún número de identificación. Pues bien, probablemente ya sepas que las nomenclaturas que aparecen en el título de este artículo corresponden a sistemas de identificación, de los cuales 3 están vigentes y uno ya no es válido. Pero, ¿sabes para qué se utiliza cada uno de ellos? A continuación, veremos las diferencias entre CIF, NIF, DNI y el NIE.
¿Qué era el CIF y qué es el NIF?
Observa que parte del subtítulo de este apartado está escrita en pasado. La razón es que el Código de identificación fiscal, o CIF, ya no se utiliza. Hasta el año 2018, el Código de identificación fiscal era la designación que recibía la identificación tributaria. Sin embargo, con la entrada en vigor del Real Decreto 1065/2007 entró en desuso está denominación para convertirse en el Número de identificación fiscal, o NIF.
En vista de lo anterior, el NIF es utilizado actualmente para realizar los trámites fiscales y cumplir con las obligaciones adquiridas con Hacienda. Todas las personas con obligaciones tributarias cuentan con un número de identificación fiscal sin importar que se trate de personas físicas o jurídicas. Por lo tanto, este es uno de los datos más utilizados actualmente en el territorio español.
Ahora bien, el Número de identificación fiscal, NIF, corresponde a todos los individuos que tienen obligaciones tributarias sin importar que sean personas físicas o jurídicas. Sin embargo, existen algunas diferencias en su formato para cada personalidad. En el caso de las personas físicas, su estructura para la mayoría de los españoles es de 8 números más un código de control tomado del DNI (más adelante hablaremos de este documento). En caso que la persona que realiza el trámite no cuente con el DNI, entonces se compondrá de una letra seguida por 7 números y una letra de control. Cabe destacar que el último dígito, es decir la letra de control, permite determinar la situación legal de la persona a la que pertenece el NIF.
Con referencia al NIF de personas jurídicas, se compone por una letra seguida de 7 números y un código de control final. En este caso, tanto la primera letra como el código final corresponden a la naturaleza jurídica de la entidad. Por ejemplo, si se trata de una sociedad anónima entonces el NIF iniciará con la letra A o si se trata de una sociedad de responsabilidad limitada entonces iniciará con la letra B. En el momento de escribirse este artículo existían 17 designaciones diferentes correspondientes al tipo de entidad jurídica.
Como dijimos anteriormente, después de la primera letra se incluyen 8 dígitos, los cuales también tienen una razón de ser. En el caso de los dos primeros especifican claramente la Provincia de la entidad jurídica en cuestión. Por eso, inicia con 03, 53 o 54 se trata de una empresa con domicilio fiscal en Alicante. Si inicia con los números 18 y 19 entonces se trata de una entidad ubicada en Granada. Con esta idea en mente, existe una combinación numérica asignada a cada provincia. Sin embargo, pudiera darse el caso que el identificador utilizado sea doble cero, 00, lo cual indica que se trata de una entidad no residente.
Posteriormente, a partir del quinto dígito se indica el número correlativo a la inscripción de la entidad en el registro provisional. Para obtener el último dígito se deben realizar una serie de cálculos previos. En cualquier caso, se obtiene en base a la primera letra que aparece en el NIF.
Documento Nacional de identidad, o DNI.
De todos los identificadores que se utilizan en España, el DNI es, sin lugar a dudas, el más conocido. Básicamente se trata de un documento público que permite la identificación personal de cada individuo. Todos los ciudadanos españoles deben contar con el Documento Nacional de identidad, DNI, a partir de los 14 años, sin embargo puede tramitarse opcionalmente desde que se presenta al menor en las oficinas del registro civil.
Una de las características especiales del DNI es que es válido en todos los países de la Unión Europea. Además, existen varios estados no miembros que lo aceptan como válido, por lo que no es necesario obtener otro documento de identificación dentro de sus fronteras. Debido a que cada caso es distinto, lo mejor es asegurarse de las limitaciones legales establecidas en cada país.
En vista de lo anterior, para realizar cualquier trámite legal en España será necesario presentar el DNI para validar la identidad del individuo. Debido a que su carácter de documento de identificación personal, no es posible traspasarlo a ninguna persona. Además, este documento otorga validez jurídica a quién lo porta.
Por último, como dijimos anteriormente, se necesita contar con el DNI para tramitar el NIF. Sin embargo, existen mecanismos para tramitar el NIF para personas que no cuenten con el Documento Nacional de identidad, DNI.
¿Qué es el NIE?
La nomenclatura NIE corresponde al Número de identidad de extranjero, que es un código que permite identificar para fines tributarios a los extranjeros. Al igual que ocurre con el NIF, el Número de identidad de extranjero está compuesto por una serie de dígitos de acuerdo a las características de la persona a la que pertenece. La letra inicial invariablemente será en la letra X o una Y. Los que inicien con letra X fueron asignados antes del 15 de julio de 2008 y los que han sido asignados con posterioridad inician con la letra Y.
Para los efectos, tanto el NIE como el NIF se usan con el mismo fin, a saber, con fines fiscales o tributarios. La única diferencia básica es si la persona a la que pertenece es español o extranjero. Sin embargo, para conocer los pormenores del tema lo mejor es contar con la asesoría de abogados especialistas en derecho fiscal. Además, con referencia al DNI, es recomendable asesorarse con abogados expertos en Derecho Civil. De esta forma, se evita cualquier contratiempo legal referente a cualquiera de los identificadores mencionados anteriormente.