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Autónomo o Sociedad Limitada, ¿cuál es la mejor opción para ti?

By 11 enero, 2023Sin categoría

En el momento de iniciar un negocio hay que tomar una decisión crucial: ¿deberás darte de alta como autónomo o como Sociedad Limitada? Básicamente, la decisión deberá basarse en sus circunstancias personales y económicas. No solo se trata de la cantidad económica que tengas disponible, pues también hay que tomar en cuenta factores como la carga tributaria que deberá soportar. En cualquier caso, a continuación veremos cuál es la mejor opción, darte de alta como autónomo o como Sociedad Limitada.

Primer punto a considerar: Capital disponible.

Respecto al capital disponible, existen diferentes factores que hay que considerar. En primer lugar, es necesario determinar la cantidad económica con la que cuentas para poner en marcha el negocio. En caso de que inicies como autónomo no necesitarás una inversión inicial. Pero si decides darte de alta como sociedad limitada requerirás como mínimo de una inversión inicial de 3.000 €. Además, debes considerar los honorarios del notario y los trámites relacionados con el Registro Mercantil.

Sin embargo, no pienses que dicha inversión debe ser completamente en efectivo. De hecho, también se incluye el mobiliario necesario para que funcione la Sociedad Limitada. Adicionalmente, si no cuentas con esta inversión puedes darte de alta como Sociedad Limitada de formación sucesiva, con lo que podrás obtener en el futuro los 3.000 € mencionados.

En cualquier caso, lo ideal es contar con la asesoría de expertos en el tema para decidir de forma acertada cuál es la mejor opción en tu caso.

Beneficios aplicables a los autónomos y sociedades.

Existen diferentes beneficios y estímulos fiscales diseñados para apoyar la constitución de nuevas empresas. Por ejemplo, actualmente los autónomos que se den de alta como Sociedad Limitada podrán tributar con la tarifa plana.

Sin embargo, hay que considerar que en un principio la carga tributaria que soporta un antónimo habitualmente es menor que el de las sociedades. La razón es que con pocos ingresos, los autónomos pueden tributar sobre la base del 15%. Esta cantidad no se mantiene estática, pues aumenta conforme los ingresos van creciendo. Por ese motivo, puede llegar a alcanzar una base tributaria del 45%. En esos casos, es mejor darse de alta como Sociedad Limitada, puesto que su tarifa tributaria es del 25%.

Requisitos para su formalización.

Como hemos visto, existen rasgos distintivos entre las sociedades limitadas y los autónomos. Con respecto a la constitución legal la diferencia aún es mayor.

Habitualmente para darse de alta como autónomo es suficiente con acudir a la Seguridad Social y a la administración tributaria, es decir, a Hacienda. Sin embargo, en el caso de los abogados, médicos y otros profesionales requerirán tramitar una licencia. Aún así, son trámites realmente rápidos y sencillos.

Por otro lado, si se planea formalizar una empresa a través de una sociedad, habrá que realizar una cantidad mayor de trámites. En primer lugar, será necesario registrar la denominación social en el Registro Mercantil. Esto tiene como propósito asegurar que no existe otra sociedad limitada con el mismo nombre, o que se induzca a error con el que se desea utilizar. Una vez realizado este punto, será necesario acudir a la oficina del notario para realizar la constitución de la Sociedad Limitada a través de una escritura pública. Este es un paso crucial puesto que en este documento se registran todas las cláusulas y estatutos aplicables a la empresa. Por este motivo, se debe dedicar suficiente tiempo para su redacción y firma.

Posteriormente, se procede a tramitar el alta, tanto en la Seguridad Social como en Hacienda. En este punto, es importante destacar el justificante del modelo de impuestos de transmisión y actos jurídicos documentados. Esto será necesario para trámites futuros. Una vez hecho esto, se tendrá que acudir al Registro Mercantil para realizar la inscripción de la empresa.

Los pasos mencionados anteriormente son básicos para la constitución de cualquier Sociedad Limitada. Sin embargo, al igual que ocurre con los autónomos, en el caso de algunas empresas será obligatorio que realicen otros trámites o gestiones. Probablemente deban contar con licencias especiales en base a la actividad a realizar. También es probable que tengan que hacer negociaciones con otras compañías, como las empresas de delivery o agencias turísticas.

Diferencias significativas de costes y responsabilidades.

De acuerdo a la sección anterior, los trámites que deben realizarse para formalizar una sociedad limitada son muchos, comparado con los necesarios para darse de alta como autónomo. Sin embargo, la diferencia también estriba en el coste del proceso. Ya hemos mencionado que se requiere una inversión considerable como capital obligatorio, pero la gestión en sí misma constituye un gasto mayor. Por ejemplo, el hecho de que deba tramitarse una escritura pública ante notario implica un gasto alto. Además, su elaboración, lo que implica añadir todos los estatuto aplicables a la empresa, suele conllevar una considerable cantidad de tiempo, lo que a su vez se traduce en pérdida económica. En vista que para darse de alta como autónomo no hay que hacer los trámites, evidentemente el gasto es menor.

Por otro lado, también es necesario considerar el coste de la gestión implicada. La asesoría fiscal que recibe una empresa habitualmente es más cara que la de un autónomo. Lógicamente esto tiene que ver con la cantidad de trabajo que implica llevar al corriente los libros contables de una sociedad limitada

Hasta este punto pareciera ser más recomendable permanecer como autónomo todo el tiempo posible. Pero hay una cuestión que debe considerarse detenidamente, y tiene que ver con la responsabilidad. La principal diferencia estriba en que el autónomo debe responder con su patrimonio por las deudas generadas por su actividad laboral. Sin embargo, en el caso de la sociedad limitada sus integrantes responderán únicamente en base al capital que hayan aportado. Por lo tanto, su patrimonio personal está protegido. Ahora bien, para que esto sea así debe quedar plenamente demostrado que la empresa no actuó de mala fe. Dicho de otro modo, debe comprobarse que se ha hecho todo lo posible para cumplir con sus obligaciones económicas.

Como puedes notar, tanto la la figura de Sociedad Limitada como de los autónomos ofrecen beneficios y desventajas que deben considerarse detenidamente.