Crear una empresa es algo que puede resultar relativamente fácil si se cumplen ciertos requisitos. Ahora vamos a desarrollar cómo podemos conseguirlo y cómo agilizar el proceso.
Tenemos que tener claro que no es lo mismo gestionar o trabajar para una empresa, que crearla. Un emprendedor es el que toma la decisión de crear una empresa a través de una idea de negocio, esta idea inicial es muy importante porque sobre ella se basará el resto pero no podemos quedar reducidos a ella, es decir, nuestra idea inicial puede ser muy buena pero a lo largo del proceso puede sufrir modificaciones para que se adapte mejor a nosotros.
Antes de iniciar este gran proyecto debemos hacer un DAFO, en el que veremos bajo un punto de vista tanto macro como microeconómico las amenazas y debilidades pero también las fortalezas y oportunidades de nuestro proyecto de empresa. Una vez que hagamos esto y tengamos una mejor visión del sector, deberemos establecer unas estrategias amoldadas a nosotros que nos permitan ser viables.
Una vez que ya tenemos clara la idea de negocio, pasamos a desarrollar en más profundidad la misma. Existen diferentes simuladores que nos permiten visualizar el progreso de nuestro proyecto de empresa en distintos escenarios, consiguiendo saber cómo se desarrollaría tanto técnica como financiera y económicamente.
Trás esto, ya que tenemos desarrollado el proyecto, deberemos elegir la forma jurídica que más nos convenga. Existen múltiples opciones como hacerse autónomo o, en el caso de querer crear una sociedad, la Sociedad Limitada (SL), la Sociedad Anónima (SA), la Sociedad Limitada Laboral (SLL) o la Sociedad Cooperativa (Coop). También existen otro tipo de sociedades que funcionan de manera distinta a la hora de tributar y tienen otras características, como la Comunidad de Bienes o la Civil.
Una vez que ya hemos seleccionado la forma jurídica que más se adapte a nuestras necesidades, deberemos comprobar mediante el certificado negativo en el Registro Mercantil que no hay otra empresa que se denomine igual que la nuestra. Tras esto, deberemos crear una cuenta bancaria exclusiva para la sociedad, ahí será donde depositemos el capital social que aportemos (y del que deberemos pedir justificante para llevar ante notario).
Ahora deberemos elaborar los estatutos, uno de los pasos más importantes a las hora de crear una empresa, ya que en él se especifica cada detalle sobre ella y del funcionamiento de ésta, lo cual será importante para la toma de decisiones. Incluye detalles como el domicilio social; la duración de la actividad empresarial que puede ser indefinida si no es algo estacionario; el objeto social de la empresa, es decir, a que se va a dedicar; el capital social; etc.
Ya lo tendríamos todo para uno de los pasos claves, la escritura ante notario. Aquí deberemos aportar lo que hemos ido recopilando: el certificado del Registro Mercantil, el certificado del ingreso del capital social y los estatutos, aunque también serían necesarios los DNIs o NIEs de los socios.
Deberemos solicitar un NIF provisional (ya que aún no estamos inscritos en el Registro Mercantil) para dar de alta a la empresa en Hacienda. Después, deberemos inscribir (ya sí) a la empresa en el Registro Mercantil, para lo que tenemos un plazo de 3 meses desde su constitución.
Ahora que ya estaríamos inscritos en el Registro Mercantil, si podemos solicitar el NIF definitivo.
Si has llegado hasta este paso ¡Enhorabuena! Has creado una empresa.
A partir de aquí deberás gestionarla de manera contable y fiscal. Para ello debes tener en cuenta que si decidiste darte de alta como autónomo tributarás por IRPF, en cambio, si decidiste crear una sociedad, ésta tributará por Impuesto sobre Sociedades (IS), pudiendo variar el porcentaje aplicable aunque siempre se aplicará el tipo reducido del 15% los 2 primeros años. Tanto si eres autónomo como si constituiste una sociedad, se aplicará el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
Si no eres autónomo, no sólo deberás atender a la contabilidad y fiscalidad, sino que tendrás deberes registrales.
Para todos los trámites podemos contar con profesionales que se encargan de asesorarnos y llevarlos a cabo, como por ejemplo TRIBUTALEY Asesores, que te ayudarán a la creación y gestión de tu empresa, o cualquier otra empresa especializada en la asesoría de empresas.