El impuesto al valor añadido, o IVA, es uno de los gravámenes más utilizados en cualquier parte del mundo. En España existen tres diferentes tipos de IVA. Por eso, existen diferentes gravámenes aplicables a los productos y servicios que adquirimos o contratamos. Esto hace que surjan preguntas relacionadas con la facturación, especialmente si una misma empresa ofrece productos a los que les aplican diferente IVA. A continuación, nos centraremos en los aspectos que debemos tener en cuenta en el momento de realizar facturas con diferente IVA.
Tipos de IVA existentes
En primer lugar, es necesario destacar que las facturas deben desglosar claramente el IVA aplicable a los bienes o servicios adquiridos. Evidentemente esto no tiene mayores complicaciones cuando le aplica un mismo impuesto a todos los artículos. Sin embargo, surgen dudas cuando es necesario generar una factura con distintos tipos de IVA aplicable. Antes de explicar el procedimiento a seguir, es necesario que conozcamos los tres tipos de IVA existentes.
En primer lugar, está el IVA superreducido al 4%. Como su nombre lo indica, se trata de un impuesto con un porcentaje realmente bajo, especialmente aplicable a ciertos artículos y productos básicos. Algunos alimentos que están incluidos en el IVA superreducido son harinas, leche, frutas y verduras, huevos, pan y cereales. También abarca los periódicos, revistas y libros, productos para discapacitados, viviendas de protección oficial y medicamentos. Es evidente que este tipo de IVA aplica a los artículos y servicios de primera necesidad.
Por otro lado, está el IVA reducido, que es un gravamen del 10% sobre el valor original. A los alimentos que no les aplica el IVA del 4%, deberán tributar con el impuesto reducido. También les es aplicable a los servicios de hostelería, espectáculos en directo, restaurantes, actividades culturales, conciertos, teatro y danza. Podría considerarse que no son productos o servicios elementales, pero por alguna razón especial tienen algún tipo de beneficio fiscal.
El tercer tipo de IVA es el general, que es un impuesto que grava los productos y servicios en un 21%. Como su nombre lo indica, este impuesto es aplicable a la mayoría de artículos que se adquieren. Por lo tanto, la mayoría de las fracturas se generan con este tipo de IVA. Y como dijimos anteriormente, no existe ningún inconveniente cuando en una factura se incluyen productos de un mismo tipo de IVA. Pero regresando a la pregunta que originó este artículo, ¿qué podemos hacer cuando dos o más artículos pertenecen a diferentes regímenes de impuesto?
¿Es posible hacer facturas que incluyan diferentes tipos de IVA?
Simple y sencillamente la respuesta es sí. Sin embargo, la verdadera cuestión es cuál es la forma correcta de realizar este tipo de facturas. Y es en este punto en donde no existe una respuesta estándar para todos los casos. Por lo tanto, será necesario considerar diferentes aspectos con el propósito de identificar claramente el desglose del IVA.
Al igual que harías con cualquier otra factura, lo primero es especificar todos los servicios o bienes adquiridos. Cada uno debe indicar claramente el tipo de IVA aplicable y el porcentaje resultante. Por supuesto, si tienes algún software especializado para realizar esta tarea te será realmente fácil. En caso que no cuentes con un programa de este tipo será más fácil si agrupas todos los productos y servicios pertenecientes a un mismo IVA para que evites realizar el cálculo por separado. Sin importar qué método de facturación utilices, hasta este momento parece una tarea sencilla. Pero hay otros aspectos que se deben tomar en cuenta para realizarla de forma correcta.
En primer lugar, hay que determinar si un artículo en especial es un servicio o producto principal o si se trata de un accesorio. Esto se puede definir fácilmente determinando cuál es el fin en sí mismo para los clientes. Si es un factor primordial, entonces se dice que el producto o servicio es principal. Pero si se trata de un medio para mejorar el servicio o el producto adquirido entonces se considera como un accesorio. Esto en sí mismo es básico para determinar la forma en que se desglosa el IVA en cualquier factura en la que se incluyen artículos de diferente régimen.
Podemos entender mejor esto mediante un ejemplo. Primero debemos saber que las bebidas alcohólicas tributan en el régimen de IVA general, es decir, están gravadas con un 21%. Con este dato en mente, pensemos en dos escenarios en los que el vino se factura de diferente forma.
El primer ejemplo nos ayudará a entender cómo realizar facturas de productos o servicios de IVA repercutido. Podemos imaginar a una persona que adquiere en una tienda diferentes alimentos incluidos en el IVA superreducido. Cada uno de estos, como mencionamos al principio del artículo, están gravados con un impuesto del 4%. Sin embargo, el comprador también decide comprar una botella de vino, que como ya mencionamos está gravada con un IVA del 21%. En este supuesto, la botella de vino no puede considerarse como un accesorio. Por lo tanto, cada producto será desglosado con su correspondiente tipo de IVA.
Ahora pensemos en una factura en la que se desglosará un servicio principal y un accesorio. Anteriormente mencionamos que los restaurantes tributan en el IVA reducido, por lo que sus artículos están gravados con el impuesto del 10%. En algún momento durante la comida, los comensales de una mesa piden una botella de vino. Aunque ya hemos mencionado que las bebidas alcohólicas tributan en el régimen general, en este caso solamente se gravará con el 10%. La razón es que se considera qué es un accesorio en este caso, puesto que es una mejora a un servicio contratado.
Por supuesto, en casos como estos puede existir confusión para definir exactamente en qué tipo de IVA tributa cada artículo o servicio y cómo debe desglosarse en las facturas. Al igual que ocurre en otros casos fiscales, lo mejor es contar con la asesoría de expertos en el tema. De esta manera, se evita cualquier problema fiscal relacionado con la facturación equivocada.