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Qué es el IRPF para autónomos

By 9 febrero, 2022Sin categoría

Con la finalidad de recaudar ingresos, los gobiernos recurren al cobro de impuestos. Uno de los más conocidos en España es el IRPF, que deben declarar todas las personas que perciban algún tipo de renta por sus actividades laborales. A pesar de ser tan conocido, surgen varias preguntas sobre su uso y aplicación: ¿qué es exactamente el IRPF y qué aspectos hay que tener en cuenta en el momento de declararlo? Con la finalidad de ayudarte a saber cómo funciona, a continuación consideraremos los pormenores de este impuesto.

¿Qué es el IRPF?

En primer lugar, las siglas IRPF significan Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Como su nombre lo indica, es un gravamen que deben pagar todas las personas físicas que reciben alguna renta, salario o ganancia por una actividad laboral. En el caso que nos ocupa, los autónomos lo pagan como resultado de sus rentas, esto es, sus rendimientos. Por eso, el IRPF se aplica dependiendo del tipo de rentas obtenidas. Esta característica hace que funcione, o se aplique, de formas distintas.

Básicamente existen tres tipos de IRPF en los que pueden tributar los autónomos. Cada uno tiene sus propios requisitos y forma de realizar los pagos a Hacienda. En este sentido, habitualmente se usa el modelo 130 o el 131. Otra posibilidad es realizar su declaración a través del sistema de retenciones en las facturas. Comúnmente el IRPF se paga en base al rendimiento del autónomo a lo largo del año. Para calcularlo se tienen que declarar los ingresos, gastos e inversiones realizadas. Una vez realizado este paso, se deben aplicar los porcentajes correspondientes para conocer el monto final del IRPF.

Ahora bien, una característica interesante de este impuesto es la forma en que se paga. En realidad, se adelanta el pago a Hacienda. Posteriormente, en el momento que se presenta la declaración, se ajusta. Por supuesto, como es imposible saber exactamente el desempeño futuro que tendrá la actividad laboral realizada, lo más probable es que haya una diferencia económica entre lo pagado y la declaración final. Si pagaste menos, tendrás que hacer hacer un pago complementario; en caso contrario, Hacienda te devolverá la diferencia.

Cómo funcionan los tres regímenes para autónomos

Los autónomos pueden optar entre tres regímenes del IRPF, dependiendo de la actividad en la que se hayan dado de alta. La mayoría están dentro del régimen de estimación directa simplificada, que aplica a autónomos con actividades económicas cuya facturación no haya superado los 600.000 € en el año anterior. En el caso de los autónomos que hayan facturado en el mismo período más de 600.000 €, deberán cotizar en el régimen de Estimación Directa Normal.

Por otro lado, existe un régimen llamado Estimación Objetiva del IRPF. En este sólo pueden tributar autónomos que cumplan una serie de requisitos. De hecho, es un sistema que simplifica considerablemente la gestión fiscal y contable. En la siguiente lista encontrarás algunas actividades que pueden considerarse para regirse por este tipo de IRPF:

  • Talleres: reparación y accesorios de vehículos.
  • Peluquerías y servicios de belleza.
  • Comercios minoristas.
  • Hostelería y restauración: hoteles, moteles, hostales, pensiones, restaurantes, cafeterías y bares.
  • Materiales de construcción.

Por supuesto, hay más actividades económicas que pueden tributar en este régimen. Si deseas saber si puedes beneficiarte de esta disposición, lo mejor es que busques la asesoría de los especialistas en el tema.

Sin embargo, antes debes tener en cuenta que los autónomos que perciben un salario menor a 1000 € por año están exentos de presentar el IRPF. Aún así, si lo prefieres puedes declararlo para aplicar las deducciones de este impuesto.

Cómo presentar la declaración del IRPF

En primer lugar, queremos aclarar que Hacienda no cuenta con todos tus datos fiscales, por lo que no sabe exactamente cuáles fueron todos tus ingresos y egresos. Por eso, depende en gran medida de la información que le proporciones para la declaración tributaria. Sin embargo, es evidente que si no incluyes algún dato que Hacienda sí conoce, seguramente tendrás problemas fiscales posteriores. Recuerda que una forma en la que la administración tributaria obtiene esa información es mediante tus clientes, quiénes utilizarán los tickets y facturas que les has entregado para presentar su propia declaración fiscal. Por lo tanto, es sumamente importante que lleves el registro de todas las operaciones que realices.

También es importante que tengas en cuenta que si más del 70% de las facturas que has generado llevan retenciones no estás obligado a presentar la declaración trimestral del IRPF. Es muy recomendable que al término del año fiscal solicites a tus clientes los certificados de las retenciones declaradas. Así tendrás la certeza de que presentarás las correspondientes.

Por otro lado, debes considerar los gastos que puedes deducir de acuerdo a los criterios de Hacienda. Se consideran deducibles los gastos vinculados directamente a la actividad económica que se realiza. Por supuesto, es importante respaldar dichos gastos con una factura. En términos generales, estos son los gastos deducibles más habituales del IRPF:

  • Seguridad social a cargo de la empresa.
  • Servicios de profesionales independientes.
  • Consumos de explotación.
  • Arrendamientos y cánones.
  • Sueldos y salarios.
  • Reparaciones y conservación.
  • Otros gastos de personal.

Claro está, la lista anterior es completamente orientativa, pues existen muchos otros gastos que se consideran deducibles. De hecho, muchas de estas dependen de la actividad laboral que realice el autónomo en cuestión. Al mismo tiempo, existen muchos gastos de las actividades de los autónomos que no son deducibles en el IRPF. Esto conforme al artículo 15 de la Ley del impuesto de sociedades. Estos son algunos ejemplos:

  • El IVA soportado que ya te hayas deducido en la declaración trimestral de IVA.
  • Las pérdidas del juego.
  • Las multas, sanciones y recargos por presentar fuera de plazo las declaraciones de Hacienda.
  • Los gastos que hayas tenido con personas o entidades que residan en paraísos fiscales.

Nuevamente, esta lista solamente es orientativa, por lo que es muy recomendable asesorarse con especialistas en el tema para saber si es cierto gasto es deducible o no. 

También, en el mismo orden de ideas, lo mejor es contar con la asesoría de especialistas en el tema de impuestos para evitarnos cualquier problema fiscal. Esto es sumamente importante, puesto que la legislación actual indica que el incumplimiento de las obligaciones adquiridas con Hacienda son consideradas como delito. Y habitualmente, los delitos son penados con prisión. Esto nos muestra la importancia de mantenerse al día en materia fiscal.