El comercio electrónico ha transformado el panorama de los negocios, permitiendo a las empresas llegar a clientes de todo el mundo con tan solo un par de clics. Sin embargo, vender internacionalmente conlleva una serie de desafíos, entre los cuales destacan las obligaciones fiscales. Comprender qué impuestos aplicar en las ventas internacionales es esencial para evitar problemas legales y financieros. Es por este motivo que nos hemos puesto en contacto con Marc Ricart, asesor fiscal y gerente de la gestoría Ricart en la Costa Brava. El objetivo era claro: averiguar cuáles son esos impuestos, los cuales hemos listado a continuación.
Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)
El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es un impuesto indirecto que grava el consumo de bienes y servicios. Se trata de uno de los gravámenes más relevantes en las ventas internacionales. En la Unión Europea, las ventas transfronterizas están sujetas a normas específicas de IVA.
Cuando una tienda online vende a clientes en otros países de la UE, debe considerar si el cliente es un consumidor final o una empresa registrada a efectos del IVA. Si se trata de un consumidor final, el comercio electrónico debe aplicar el IVA del país de destino. Esto significa que la empresa ha de registrarse a efectos del IVA en cada país donde supere el umbral de ventas a distancia, lo cual puede ser un proceso complejo.
Desde el 1 de julio de 2021, la UE ha implementado el sistema de Ventanilla Única (OSS, por sus siglas en inglés), que simplifica el proceso de declaración y pago del IVA para las ventas a distancia. Con la OSS, las tiendas online pueden registrar todas sus ventas transfronterizas a través de un único portal, facilitando el cumplimiento de sus obligaciones fiscales. Antaño eran mucho más complejas, tediosas y engorrosas, por lo que la implementación del citado sistema ha supuesto un antes y un después.
Impuestos sobre las Ventas (Sales Tax)
En algunas jurisdicciones, especialmente en los Estados Unidos, las ventas internacionales también pueden estar sujetas a impuestos sobre las Ventas (sales tax). Este impuesto se aplica a las ventas de bienes y servicios a nivel estatal y local, y cada estado tiene sus propias reglas y tasas.
El fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos en el caso South Dakota v. Wayfair, Inc. en 2018 permitió a los estados exigir a las empresas que no tienen presencia física en el estado cobrar impuestos sobre las ventas si superan ciertos umbrales de ventas anuales. Esto significa que las tiendas online deben monitorear sus ventas en cada estado y registrarse para cobrar y remitir impuestos sobre las ventas cuando sea necesario.
Es crucial que las tiendas online consulten con expertos en impuestos para gestionar adecuadamente sus obligaciones de sales tax y evitar sanciones, las cuales pueden llegar a ser astronómicas.
Aranceles e Impuestos de Importación
Los aranceles y los impuestos de importación son otros aspectos críticos en las ventas internacionales. Estos impuestos se aplican a los bienes que cruzan la frontera de un país y varían según el tipo de producto y su valor.
Cada país tiene su propia estructura de aranceles y tarifas, que puede incluir derechos aduaneros, impuestos especiales y otras tasas. Es fundamental que las tiendas online comprendan las regulaciones del país de destino para evitar sorpresas desagradables para sus clientes, como costos adicionales al recibir sus productos o incluso la retención de los mismos. En algunos casos, los paquetes permanecen en el control aduanero durante semanas o incluso meses, con el grave perjuicio que ello acarrea.
Es reseñable que los aranceles y los impuestos de importación, en la mayoría de casos, deben ser pagados por el comprador. Aun así, es recomendable que las tiendas online informen claramente sobre estos costos potenciales durante el proceso de compra. Algunas empresas optan por ofrecer precios que ya incluyen todos los impuestos y aranceles, facilitando una experiencia de compra más transparente y sin sorpresas para el cliente.
Impuesto sobre la Renta
El impuesto sobre la Renta puede ser un gravámen complejo para las tiendas online que venden internacionalmente. Y es que se trata de un impuesto que grava las ganancias obtenidas por la empresa, pero su aplicación varía según cada jurisdicción.
En general, las empresas están sujetas al impuesto sobre la renta en el país donde se encuentran registradas y tienen su sede principal. Sin embargo, cuando una tienda online cuenta con presencia física o una «base fija» en otro país, también puede estar sujeta al impuesto sobre la renta en esa región. Este concepto se conoce como «establecimiento permanente» y puede incluir almacenes, oficinas o incluso empleados en el extranjero.
Para evitar la doble imposición, muchos países tienen tratados fiscales que determinan dónde se deben pagar los impuestos sobre la renta. Es esencial que, si administras una tienda online, consultes este tema con una asesoría fiscal para asegurarte de que cumples con todas las obligaciones y aprovechas los tratados fiscales si es que es posible.